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¿Qué diferencias hay entre montaje electrónico y electromecánico?

El montaje electrónico y el montaje electromecánico no deben confundirse. Ambos hacen referencia a procesos diferentes, aunque no dejen de estar relacionados. Para aprovechar el potencial de cada uno, conviene entenderlos en detalle. En ello ahondamos en las próximas líneas. 

Qué es el montaje electrónico

Es un proceso meticuloso que implica la colocación y soldadura de componentes electrónicos en placas de circuito impreso. Estas pueden ser tan diminutas como granos de arena o tan grandes como libros. Cada una desempeña una función específica dentro de una máquina de mayor envergadura.

La exactitud es decisiva durante el proceso de montaje, dado que un error milimétrico es suficiente para que el producto final sea defectuoso. Para evitar tal problema, los técnicos utilizan herramientas avanzadas como microscopios y pinzas de precisión. Igualmente, pueden recurrir a técnicas de soldadura especializadas.

El montaje electrónico a menudo implica la utilización de máquinas de colocación automatizadas que pueden instalar cientos de componentes por minuto. Este proceso es indispensable en la fabricación de una amplia gama de dispositivos electrónicos, desde radios hasta sistemas de navegación satelital. También favorece que la producción sea masiva, con la consiguiente reducción de costes que comporta.

Se trata de un proceso que está presente en la fabricación de una amplia variedad de dispositivos electrónicos: desde un teléfono móvil a un GPS.

¿Y qué es un montaje electromecánico?

En cuanto al montaje electromecánico, es un proceso crucial en la creación de dispositivos que reclaman interactuar con su entorno de manera física. Su escala es mayor, ya que suelen precisar la inclusión de motores, engranajes o actuadores. Esto hace que el ensamblado se acometa a mano o con la ayuda de máquinas especializadas.

No obstante, la precisión sigue jugando un papel determinante. Gracias a ella, se garantiza que el producto final sea robusto y presente una larga vida útil. Es un procedimiento que se lleva a cabo en la industria energética, por ejemplo, cuando se instalan tuberías, equipos eléctricos o sistemas de control.

Es un método de ensamblaje imperativo para la industria manufacturera, por poner un ejemplo. En esta resulta prioritario garantizar la fiabilidad y la eficiencia de los sistemas electromecánicos, dado que son vitales para el éxito operativo.

En qué se diferencian

La principal diferencia entre ambos tipos de montaje radica en su enfoque y aplicación. El electrónico se centra en la creación de circuitos mediante la colocación precisa de sus componentes. En cuanto al electromecánico, su finalidad es integrar cada elemento en sistemas mecánicos de mayores proporciones que interactúan entre sí.

Además, un montaje de tipo electrónico suele estar muy automatizo, algo que no sucede con el electromecánico. Este aún cuenta con una alta intervención manual para ensamblar piezas específicas, como un motor o unos engranajes. 

En definitiva, el montaje electrónico y el electromecánico pueden concebirse como las dos caras de la misma moneda. Aunque actúen en diferentes momentos, son ineludibles en la fabricación de aparatos básicos para la vida moderna. En Electromas disponemos de una nutrida variedad de componentes para ambos procesos. Basta con consultar nuestros catálogos para conocerlos a fondo.

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